miércoles, 23 de junio de 2010

Waking the dream.


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Cinco días sin verle parecian cinco años sin respirar. Todo se volvía de un color más gris en aquella ciudad. Por las noches echaba de menos su aroma y su beso de buenas noches. Hacía demasiado frío como para vivir ahí. En aquellos cinco dias entendí que no podía vivir tranquila sin saber nada de él. Era superior a mi.
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"Les informamos que el aterrizaje se efectuará en cinco minutos. Por favor abrochense los cinturones y gracias por volar con nuestra compañía."
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Cinco minutos. Era el tiempo que me separaban de él. A no ser que se le pasara por la cabeza no presentarse en el aeropuerto. Pero mantenía las esperanzas. Miré al señor que tenia al lado. Observaba una foto de una niña pequeña. Supongo que seria su hija. Le imité y saqué una foto suya que llevaba en mi cartera. Era perfecto. Todo él. La persona más bella que habia visto en mi vida.
El avión aterrizó y por un momento me pareció que los minutos iban más deprisa de lo normal. Tenia prisa, mucha prisa. Quería salir de allí de seguida, me daba igual si me pisaban. Me daba igual mi maleta.
Fui practicamente corriendo y esquivando a todo el mundo hacia la recogida de equipajes. Mi maleta no salió hasta aver estado allí parada dos minutos, que a mi me parecieron dos siglos. Con mi equipaje ya en la mano, salí de allí. Donde un monton de gente esperaba detrás de una barra de metal que impedia que pasaran. Y entonces lo vi. Con su gorra caracteristica y sus ojos avellana mirando aver donde estaba su chica. Estaba dos o tres filas más atrás, pero lo vi en seguida. Alzé la mano, y vi como sonreía de alegria. Fui corriendo pasando la valla, mientras él me seguia. Los dos corriendo, separados por una simple barra de metal. Por fin, la barra llegó a su fin y ya no habia ningún obstaculo para abrazarle. Prácticamente, caí encima de él. Le habia hechado muchísimo de menos.
Él, me besó el pelo y me cogió de la mano. Me susurró un "Te quiero" precioso. Recuerdo que creí que no olvidaria nunca.
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Pero que si olvidé, porque nunca sucedió. Igual que todo lo demás. Ni besos, ni abrazos, ni llantos, ni manos entrelazadas... Solo el alma de una pequeña mujer que sueña demasiado y que, no sabe como, se habia enamorado de él sin quererlo.

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