domingo, 11 de abril de 2010

Odio los domingos.
Sobretodo esos domingos que no tienes nada mejor que hacer que pensar. Y la consecuencia de pensar es rallarte. Y rallarte mucho. Últimamente odio demasiadas cosas. Me estoy empezando a preocupar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario