lunes, 15 de febrero de 2010

Lisbeth, ich bin...


Esto se me esta yendo de las manos. No es sano ni para mi, ni para nadie. A lo mejor lo que necesito es ayuda profesional. ¿Os imaginais? La loca de Lisbeth en un psicólogo, el cual le dirá que esta enferma, que tiene una obsesión y que como siga asi...¡Se va a volver loca! Este profesional intentará que Lisbeth se olvide de esta obsesión. Le quemará sus fotos, sus cd's, sus firmas, todo lo relacionado con él. Intentará que el nombre de esa obsesión le suene a terror, que le de asco pronunciar ese nombre. Le dará medicación, le dará pastillas, la drogará. ¿Y todo para que? Para que Lisbeth se olvide de él.

Pero lo que el profesional no ha pensado, es que...Lisbeth ya es feliz así. Es feliz estando enferma, estando obsesionada, estando loca. ¿Que quiere perder los estribos por esa obsesión? Que lo haga. Es muy libre de hacerlo. ¿Quiere llorar cuando la obsesión le decepcione? ¡Que lo haga! Lisbeth seguirá siendo feliz y seguirá amando a esa obsesión el tiempo que ella quiera.

¿Y sabeis porque lo hará? Porque Lisbeth pasa de toda la gente que quiere hacerle llorar, porque Lisbeth...pasa de todo.

1 comentario: