Lisbeth le hecha de menos.

- ¿Cómo te llamas? - pregunta él mientras intenta sacarle el tapón a su edding.
- Lisbeth. - respondo con un hilo de voz.
- ¿Lisbeth? ¿Como la de Millennium? - se sorprende. Aún sin poder sacarle el tapón. Yo me sorprendo por el hecho de que un chico como él haya visto o leído la saga de Millennium.
- Si. Bueno en realidad mi nombre no es ese, pero a mi me gusta que me llamen así. - le explico. ¿Porque se lo explico?
- ¿No te gusta tu nombre? - Sigue con su lucha con el tapón.
- Es Elisabeth. - contesto antes de que pregunte. - Y no es que no me guste, es que es muy típico.
- Interesante... - hace una pausa. - Mierda de edding... - se queja. Le miro divertida.
- ¿Me permites? - le dijo tendiendole la mano. Él me mira algo sorprendido, pero después me da el edding sonriente. Con un poco de fuerza, consigo sacarle el tapón. Él alucina.
- Me siento humillado. - comenta. Me rio a carcajadas. Le doy mi póster y lo firma encantado. Me lo da de nuevo y con una sonrisa desaparece de allí.
Y mientras yo, asimilo todo lo que acaba de pasar y miro mi póster:

Para Lisbeth, que en realidad no se llama así y que ha conseguido humillar al mismisimo Tom Kaulitz.

Qué bonito es soñar, ¿Verdad?